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Entre la cruz y la carne: Reescritura mítica y ética de la paternidad en el ensayo “De padres e hijos” de José E. Santos | Por: Zoé Jiménez Corretjer

  • Writer: Cuarta Hoja
    Cuarta Hoja
  • May 21
  • 4 min read

Updated: May 23

El ensayo de José E. Santos constituye una lectura magistral de Rulfo no solo como autor, sino como constructor de mitos modernos. En su interpretación de “No oyes ladrar los perros”, Santos activa una serie de tensiones que entrelazan el sacrificio bíblico, la tragedia griega, el juicio moral contemporáneo y la liturgia laica del deber. En ese cruce de caminos —que es también el cuerpo herido de Ignacio— se funden la figura del padre, la del hijo, y la de la madre como destino y promesa. Así, este ensayo no solo interpreta, sino que renueva el texto rulfiano, haciendo del acto crítico un acto de fe. La fe en que la literatura aún puede nombrar lo innombrable, y que el dolor —cuando se escribe con esta claridad— puede iluminar.

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El ensayo de José E. Santos, titulado “De padres e hijos”, no solo ofrece una lúcida lectura de “No oyes ladrar los perros” (Rulfo, El llano en llamas, 1953), sino que también se erige como una meditación profundamente ética sobre la paternidad, la muerte y la reescritura de lo sagrado. Lejos de limitarse al análisis textual, Santos propone una lectura en espiral, donde cada segmento del relato se resignifica a la luz de mitos antiguos, símbolos renovados y estructuras de sentimiento que atraviesan tanto la literatura como la experiencia humana. En esta crítica, me propongo profundizar en esa mirada, trazando conexiones con otras figuras literarias, filosóficas y teológicas, y examinando la dimensión inusitada del texto: su capacidad de redibujar la genealogía del sacrificio desde lo terrenal.


Perro ladrando
"No oyes ladrar los perros" es un texto de Juan Rulfo del que José E. Santos elabora un ensayo en su libro.

I. La paternidad como juicio: entre Abraham y Cronos


Santos advierte con agudeza que el padre de Ignacio no es un Abraham obediente, sino un sujeto que razona, que habla desde un dolor que se articula en tensión entre la ética privada (la promesa hecha a la esposa) y la responsabilidad pública (la comunidad que su hijo ha ultrajado). Esta figura recuerda, de forma sombría, al Cronos de la mitología griega: el padre que devora a sus hijos para evitar la profecía que amenaza su reinado. Aunque el padre rulfiano no ejecuta con sus propias manos, carga el cuerpo moribundo con la resignación de quien ya ha juzgado, y deja que la vida haga el resto.

Este gesto —llevar al hijo hacia una posible salvación sabiendo que es tarde— conforma un tipo de autoimpuesta condena, un ritual cargado de ambigüedad moral. Aquí, el lenguaje del padre, tal como lo reseña Santos, es lapidario, repleto de una furia contenida que no contradice el amor, sino que lo transmuta en deber. Como ha planteado Judith Butler en Vida precaria (2004, p. 31), “la pérdida se convierte en el marco mediante el cual la vida se mide y se justifica”. La paternidad aquí es medida por lo que se ha perdido: la esposa, el hijo como posibilidad ética, y quizás también, el propio yo del padre.


II. Muerte simbólica, cadáver discursivo


Uno de los mayores hallazgos del ensayo de Santos es su lectura del cuerpo de Ignacio como “el cadáver que será cadáver”, es decir, como entidad ya muerta en el plano moral, aún antes de su extinción física. La lectura nos recuerda al tratamiento que hace Georges Bataille sobre el cadáver como lo abyecto, como lo que “interrumpe el orden del mundo” (La literatura y el mal, 1957, p. 92). Ignacio es, en este sentido, una presencia que arrastra el peso de su deshonra, y el padre es el médium que lo transporta, como Caronte moderno que cruza no el río Estigia, sino el áspero paisaje mexicano.

La inversión del vía crucis, señalada con precisión por Santos, es también una inversión del modelo cristológico: no es el hijo quien redime, sino el padre quien expía. El eco de “Tengo sed” se convierte aquí en un palimpsesto de la Pasión, donde la sed no es redentora, sino signo de una humanidad desesperada que no será salvada. No hay ascensión; hay polvo. Y sin embargo, hay redención.


III. La mujer como código ético y cósmico


Santos elabora una línea de interpretación especialmente sugerente al destacar la presencia de la madre muerta como figura tutelar, cuya memoria legitima el acto del padre. Esta mujer, ya ausente, no es simplemente evocada: ella es invocada como autoridad moral, como deidad doméstica, como Luna que mira. La lectura de la Luna como Diana o María crea un puente entre lo mitológico y lo mariano, fundiendo las religiones de la caza y el sacrificio con la ternura y la compasión de la madre universal. Es aquí donde el ensayo se vuelve verdaderamente singular: en su capacidad de tejer lo simbólico desde lo emocional.


Este tratamiento resuena con las observaciones de María Zambrano, quien en El hombre y lo divino (1955, p. 127), observa que “lo divino se manifiesta allí donde la vida se enfrenta a su imposibilidad”. La madre muerta, en su imposibilidad física, se convierte en brújula moral. No hay fe sin mujer, no hay sacrificio sin su mirada. La lealtad del padre hacia ella no es solo amor conyugal, es acto de justicia poética. Y en esa Luna azul que observa el final del relato, se cumple un ciclo: el del juicio, el del perdón, el del amor cumplido.


IV. Reescritura como acto ético


Santos no solo lee a Rulfo; lo reescribe. O mejor dicho, lo cita para reinventar su sentido. El ensayo se convierte así en un acto literario en sí mismo, donde el lector no solo contempla el texto base, sino que entra en una nueva zona de resonancia. Como dice Harold Bloom en The Anxiety of Influence (1973), “toda interpretación fuerte es una forma de mal lectura” (p. 30), en el sentido creador del término. Santos 'mal lee' el texto de Rulfo, lo tuerce en su cruz, para revelar una verdad más profunda: que la escritura es también un juicio, un duelo, un acto de amor.


Obras CitadasBloom, H. (1973). The anxiety of influence: A theory of poetry. Oxford University Press.

Bataille, G. (1957). La littérature et le mal. Éditions Gallimard.

Butler, J. (2004). Precarious life: The powers of mourning and violence. Verso.

Rulfo, J. (1953). El llano en llamas. Fondo de Cultura Económica.

Zambrano, M. (1955). El hombre y lo divino. Fondo de Cultura Económica.

 
 
 

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